domingo, 19 de febrero de 2012

Fideos con anchos, aceitunas y alcaparras


Fideos con anchos, aceitunas y alcaparras


        Ingredientes: 3 cucharadas de aceite de oliva; 2 dientes de ajo picados; 10 filetes de anchoas en aceite escurridas y picadas; 140 g de aceitunas (de preferencia negras) deshuesadas y picadas; 1 cucharada de alcaparras aclaradas; 450 g de tomates maduros pelados, despepitados y troceados; 1 pizca de cayena molida ( si no pueden conseguir cayena lo pueden sustituir con pimentón en polvo o en dado caso con un poco de chile piquín en polvo si viven en México); 400 g de fideos; 2 cucharadas de perejil picado, para adornar.
         Preparación: caliente el aceite en una cazuela grande de base. Añada las anchoas y cháfelas con un tenedor para deshacerlas. Incorpore las aceitunas, las alcaparras y el tomate y sazónelo con la cayena (o con algunas de las opciones antes mencionadas. Si es chile piquín debe se muy poquito) rehóguelo a fuego lento, tapado, 25 minutos.
         Entre tanto, ponga a hervir agua con sal en una olla. Eche la pasta y cuézala durante 8 a diez minutos contando desde que el agua vuelva a hervir. Tiene que quedar al dente. Escurra la pasta y pásela a una fuente de servicio caliente.
         Vierta en la fuente la salsa de anchoas y mézclela con la pasta, con la ayuda de 2 tenedores grandes. Adorne la pasta con perejil picado y sírvala enseguida.

Machila Armida..... Biografía

 
Esta es la biografía de una excelente cocinera mexicana, que rescato miles de recetas prehispánicas y las introdujo a la clase intelectual de México durante los años 40’s y 50’s. Esta fue su vida:


Su verdadero nombre fue María Cecilia Armida Baz. Nació el 6 de marzo de 1921 en la ciudad de México, y murió el 10 de febrero de 1979 en la misma ciudad.



Fue nieta del afamado doctor Gustavo Baz y de Concepción Cabrera de Armida, fundadora de la Orden de los Misioneros del Espíritu Santo. Su infancia transcurrió en la casa de sus padres en Coyoacán, hoy Casa de la Cultura Reyes Heroles.



María Cecilia contaba que desde pequeña, ante la imposibilidad de poder pronunciar correctamente su nombre completo, ella misma acabó nombrándose Machila, el cual conservó hasta su muerte.



Debido a su temperamento rebelde e indómito, la corrieron de todas las escuelas para señoritas nice y fue enviada a estudiar a un internado de monjas en Saint Louis Missouri, Estados Unidos. Pero esto no le ablandó el carácter; al contrario: a los 18 años se casó en un bar ante un falso juez, con un hombre desconocido para su familia. Ello enfureció a su padre, quien no descansó hasta conseguir la anulación del matrimonio.



Su padre tramita con la embajada de México en Brasil que Machila trabaje por algún tiempo como secretaria del embajador. Así viaja a Copacabana, en donde pasa tres años trabajando y divirtiéndose, hasta que encuentra un marido a su gusto: un hombre de negocios holandés llamado Leender van Rhijn.



Se casan en la ciudad de México el 19 de noviembre de 1945. Establecen su domicilio también en Coyoacán. Durante algún tiempo vivieron en Holanda.



Según confesión de la propia Machila, se sentía tan sola que comenzó a beber alcohol de manera regular. Finalmente el matrimonio regresa a México y el 12 de agosto de 1949 Machila, de 28 años, da a luz a su única hija, a la que llama Patricia.



Poco después pide el divorcio y se dedica a hacer collages con temas tétricos y personales sin valor artístico, pero que llamaron la atención de Diego Rivera y Frida Kahlo. En 1952 presenta una exposición, apadrinada por Rivera. No hubo otra, pero la amistad entre ellos creció y él le puso un sobrenombre: Machilxóchitl.



Al ingresar al círculo de Diego, empezó a frecuentar a Frida, quien ya estaba muy enferma, pero seguía ejerciendo gran influencia en las amistades del pintor. Machila intimó con Frida, se escribieron varias cartas y en algunas le encarga a Diego para que lo cuide después de su muerte.



De Diego Rivera es el magnífico cuadro titulado A Machilxóchitl, homenaje de amor, en 1952, cuando ella tenía 31 años. Le hizo también un dibujo donde su cara se encuentra adentro de una estrella abierta en flor.



Este mundo de arte y prestigio le mostró a Machila su verdadera vocación y el negocio con el cual sería reconocida y admirada: la alta cocina mexicana. Diego Rivera fue el primero en encargarle la organización de comidas para sus amistades; la propia Machila comenzó a elegir los menúes. Así se dio a conocer en selectos círculos como la perfecta anfitriona para recibir y preparar grandes comidas gourmet al estilo puramente mexicano e indígena.



Su vocación y aprecio por la cocina le venían de su madre, gran maestra y conocedora de innumerables secretos al respecto.



Pronto Machila se compra una casa en la calle Taxqueña, en Coyoacán. Allí comienza a organizar comilonas y celebraciones de intelectuales, políticos, funcionarios, empresarios, artistas y de la alta sociedad de aquellos días. José Luis Cuevas, Miguel Angel Asturias, Carlos Argüelles, Pedro Vargas fueron algunos de sus comensales y amigos. Quedaban encantados con sus menúes que rescataban recetas antiguas indígenas o eran fruto de su propia invención, con ingredientes puramente mexicanos. Fueron famosas sus mojarras a la camagüeyana, el guiso de Moctezuma, el budín de huauzontle, las ancas de rana en totomoxtle, el pipián de pato topiltzin, el texmole, las tortolitas o las codornices inditas, los ayocotes, el chacualole, los hongos totlcoxcatl en escabeche, y muchísimas recetas más, algunas lamentablemente perdidas para siempre.

 

          Esta es la biografía de una excelente cocinera mexicana, que recato miles de recetas prehispánicas y las introdujo a la clase intelectual de México durante los años 40’s y 50’s. Esta fue su vida: 



Machila también era famosa por adornar con motivos prehispánicos los recintos en donde recibía a sus invitados: urnas antiguas, flores y chiles secos, mazorcas y papel picado. Ahí volvió a dar vida a sus antiguos collages de un modo productivo y muy creativo.



Vivió un tórrido romance con el periodista y literato Fernando Benítez; entre otras cosas, los unía la pasión y admiración por el mundo prehispánico. El escritor Alejo Carpentier también cayó subyugado por su belleza, y a pesar de que vivía en Cuba apoyando la revolución, se dio tiempo para cortejarla en 1960, cuando ella tenía 39 años. Sin embargo, el nombramiento del autor de Los pasos perdidos como embajador de Cuba en París termina con el romance, pues ella decide quedarse en México.



En esta época, 1967, Machila nuevamente empieza a beber alcohol de manera regular y esto empeora otras enfermedades que padecía, como la gota y la diabetes, que habían empezado a minar su salud. El médico le recomienda dejar la botella y llevar una vida más tranquila y con medicamentos si quiere vivir más, pero Machila decide vivir pocos a su manera: muere en 1979. La mujer que fue todo un mito, centro de reunión de un maravilloso grupo de artistas del México de los años 40 y 50, murió a los 58 años de edad.



Fuente: http://www.edomexico.gob.mx/cemybs/HTM/MUJERES/muj_dest_mararm.html




Sardinas al estilo norte de África (receta tomada del libro "Cocina Mediterranea" de Parragon


Sardinas al estilo norte de África
         

Esta receta la he tomado del libro “cocina mediterránea” de la colección “para hoy” de la editorial Parragon. Es una receta sencilla, y muy deliciosa, en especial si la hacemos en un día caluroso en el jardín, o en un día de campo. Espero les guste mucho como a mi…… Ciao.  
       
      Ingredientes: 500 g de sardina fresca, escamadas y limpias; mitades de limón asadas a la parrilla para decorar. Para la marinada: 6 cucharadas de aceite de olivo;3 cucharadas de jugo de limón; 2 cucharadas de ralladura fina de limón; 3 cucharada de cilantro fresco picado; ½ cucharadita de comino molido; ¼ cucharadita de pimentón dulce; sal y pimienta al gusto.

            Preparación: disponga las sardinas en una fuente grande llana grande, Mezcle en un bol el aceite con el zumo y la ralladura de limón, el cilantro, el comino y el pimentón y sazónelo con sal y pimienta. Vierta la marinada sobre las sardinas y deles la vuelta para asegurarnos de bañarlas completamente. Tápelas y déjelas en un lugar fresco por una hora mínimo.
            Escurra las sardinas y reserve la marinada. Póngalas en una parrilla doble de alambre especial para pescado a la barbacoa, o en una parrilla para carne.
            Ase las sardinas a la barbacoa a temperatura media, untándola varias veces con la marinada, 3 minutos por cada lado o hasta que estén doradas. Sírvalas enseguida, adornadas con mitades de limón asadas a la parrilla.

martes, 14 de febrero de 2012

Mi negra Xochitl de Machila Armida.

     Mi negra Xochitl
         
           ½ kilo de huitlacoche,1 cola de res, ½ kilo de hongo de diversa variedad, ½ kilo de flor de calabaza , ½ de habas verdes peladas, 3 xoconoxtles, ½ cebolla, 2 dientes de ajo, 3 chilacas, 2 ramas de epazote, aceite para freír y sal al gusto.



            Se pone a cocer la cola de res con la cebolla y el ajo. Cuando está suave se desmenuza y se vuelve a echar al caldo, previamente colado y sin el hueso.

            Los Hongos, los huitlacohes y las flores de Calabaza se limpian y se pican.

Los xoconoxtles se pelan y se parten en rajitas quitándoles las semillas.

Las chilacas se lavan se asan y de desvenan, para luego cortarlas en rajas muy finas.

Cuando el caldo empieza a hervir se agregan las habas. En un sartén con un poco de aceite se ponen a sudar los hongos, el huitlacoche, los xoconoxtles, las chilacas y el epazote. Una vez sancochada la mezcla se agrega al caldo y se deja hervir por espacio de 15 minutos, se rectifica la sal.

Se sirve en plato de barro.

Molotes de Patricia Van Rhijn Armida y su cocina del maíz


Molotes


4 tazas de harina de maíz par tortillas, 125 gramos de queso añejo rallado, 1 taza de papas cocidas desmenuzadas; relleno: 1 taza de falda de puerco deshebrada, 2 jitomates grandes, 2 chiles serranos, 2 cebollas medianas, 2 dientes de ajo, ½ litro de aceite para freír, sal al gusto.
Preparación: se ponen a cocer las papas y se prensan. Se pone a cocer la carne y se deshebra.
Para preparar el recaudo, se asan los jitomates y la cebolla y se licúan con los chiles y el ajo. La salsa se cuela y se pone al fuego a sancochar. Se sazona y se deja espesar.
Se prepara la masa para tortillas y se mezcla con media taza de las papas prensadas, un tercio del queso rallado y dos cucharas de agua caliente. Se amasa hasta tener una consistencia manejable.
Relleno: La carne deshebrada se mezcla con la salsa de jitomate, la otra tercera parte del queso rallado y la otra media taza de papas. Se rectifica la sal.
En una tortilladora, se extiende una bolita de masa, formando una tortilla pequeña y un poco gruesa. Se enrolla con las manos dando la forma de un cono y se rellena con la carne y se cierra el extremo con la misma masa. Los molotes así formados se dejan reposar por 15 minutos.
En una cacerola se pone a calentar el aceite. Una vez hirviendo, se fríen los molotes y se escurren.
Los molotes se sirven calientes, acompañado de una salsa roja y espolvoreándolos con el resto del queso rallado.

lunes, 13 de febrero de 2012

Crema de champiñones de Julia Child

Crema de champiñones
Ingredientes:


4 Cucharadas de mantequilla, 1 taza de cebolla o de la parte blanca del poro picados, ¼ de taza de harina, 1 taza de caldo de pollo caliente, 6 tazas de leche, 125 gramos de champiñones frescos, limpios y cortados en cubos, ¼ de cucharadita de hojas secas de estragón, ½ taza (o más) de crema espesa, ácida o crème fraînche, sal y pimienta blanca recién molida, gotas de jugo de limón, opcional, ramitas de estragón fresco o rebanadas salteadas de champiñones, para adornar.
        
Preparación:

       Sopa base….Saltee lentamente la cebollas o los poros con la mantequilla en una cazuela honda tapada durante 7 minutos hasta que este suave y transparente. Agregue la harina y deje cocer durante 2 o 3 minutos, revolviendo. Con el fuego apagado, agregue poco a poco el caldo caliente. Deje hervir a fuego moderado y agregue la leche, sin dejar de revolver.
         Champiñones….Mezcle los champiñones y el estragón seco y deje hervir a fuego lento unos 20 minutos, revolviendo la mezcla a menudo para evitar que se queme. Añada la crema opcional, deje hervir brevemente a fuego lento y sazone al gusto, agregando las gotas de limón, si es necesario. Adorne cada tazón con las ramitas de estragón, o con las rebanadas de champiñones salteadas.